viernes, 30 de mayo de 2008

Reflexión para nosotros los salvadoreños




Hace pocos días leí en internet un artículo de opinión que hablaba sobre algunos problemas de la sociedad salvadoreña en general. El tema principal que desarrollaba es que la crisis política, económica y social que estamos viviendo en la actualidad es culpa de la cultura del salvadoreño común. Así también, se afirmaba que el problema no está en el gobierno, sino en nosotros como pueblo. Pero, ¿no será que la situación de pobreza, precariedad social, inestabilidad laboral y el acelerado encarecimiento de la vida nos ha transformado en lo que somos? ¿No será que las empresas privadas, las empresas mediáticas y el gobierno son, en parte, los verdaderos culpables de que padezcamos de esa “sagacidad congénita” que ha venido evolucionando y expandiéndose hasta contaminar nuestra cultura?

Delitos de “cuello blanco”, licitaciones amañadas, policías e incluso diputados involucrados en crímenes y el tema de la transparencia en los procesos gubernamentales son objetivo de investigaciones públicas que han conmocionado a la población, lo que demuestra que la viveza y la audacia no es de unos pocos sino de todos. Culpar a los ciudadanos no mejora la situación. Es claro que tenemos que cambiar, pero también es urgente que se cambien los proyectos políticos, la izquierda, la derecha, la empresa privada y las instituciones públicas.

Sería erróneo afirmar que es un problema cultural el impacto que ha causado la dolarización, las privatizaciones, los tratados de libre comercio y los altos precios del petróleo en la vida de los salvadoreños. Es más bien, problema de los que eligen por nosotros. Por ello, es necesario un cambio cultural de los funcionarios públicos para ejercer control social.

No es que los ciudadanos estén libres de culpa, sin embargo, la crisis actual tiene que ver problemas de ética, y eso si depende de cada quien. Porque si cada salvadoreño actuara con ética, no habrían empleados deshonestos laborando en las empresas privadas. Los salvadoreños comunes pagarían los impuestos de la forma correcta. El gobierno se interesaría por la ecología. La gente no tiraría basura en las calles y por último, los ciudadanos confiarían en los mandatarios y dejarían de llamar “rata” al presidente.
Pueden revisar este lin que habla sobre la pobreza en nuestro país:

4 comentarios:

lenda lopez dijo...

me parece interesante tu conclución es algo de cultura y de ética. para empezar a ver cambios en el país hay que cambiar la manera de pensar que los salvadoreños tenemos.

monik dijo...

Es muy importante el tema de la ética para que una situación cambie.
y me parece que los que debemos hacer algo somos todos, la población salvadoreña, porque la mayoría solo hablamos y críticamos cada cosa que pasa; pero nadie se organiza, nadie hace nada concreto y es por eso que las cosas sigen igual....

stella dijo...

hola!!!! hay compañera cuanta razón tienes con esos ladrones de cuello blanco.... hay tantas formas de como día con día le roban a este país los grandes funcionarios y no son capturados por los grandes robos y desfalcos que hacen!! no vaya a ser que a alguien lo encuentren robandoce una gallina para poder darle de comer a su familia que ya le caéron unos 20 años de carcel..... que injusta es la dis que justicia!!!
Jenifer te felicitome gustó mucho tu blog :)

P dijo...

¡Pero al final, tu misma concluyes que es un problema cultural! La falta de ética como tu dices, la falta de un sensación de unión entre los salvadoreñas, la forma en que se maneja la sociedad, todo eso conforma la cultura salvadoreño. No solo eso, claro está, pero no le quita el hecho que son rasgos culturales.

Tu planteas que la pobreza, precariedad social, inestabilidad, etc, origina estos problemas. ¡Por supuesto que sí! Pero esto de nuevo nos lleva a un aspecto cultural.

Países que quedaron devastados durante la segunda guerra mundial, Alemania y Japón por ejemplo, son potencias mundiales ahora. Sus circumstancias eran peores, o igual de mal si quieres. Pero aspectos propios de su cultura hicieron que se desarrollaran de forma diferente. Se generó una unificación entre las personas, y juntos reconstruyeron su país.

Sin embargo, nosotros seguimos desconfiando del vecino, viendo como le hacemos para ganarle al otro. La competencia no solo es grande aqui, es cruel, es violenta, y llegamos a un nivel que ni siquiera entre nosotros nos aguantamos.

¿La solución? No hay una simple, no hay una compleja tampoco, y ese es el verdadero problema. Porque, ¿como carajo le haces para cambiar toda una sociedad?

Tiempo, educación, etc etc, todo eso sirve y apoya. Pero cambia el que quiere cambiar, y entiende el que quiere entender. Y mientras esa actitud no cambie, es muy dificil que la situación en nuestro país cambie.